Una tierra para todos, y todos en la misma tierra (fin)

Ya te conté acerca de mi Sri Lanka, los animales y toda la flora, pero no tuve tiempo de hablarte de ... mis srilankeses ...

Nada ni nadie le ha dado a los habitantes de Sri Lanka esa bondad y esa luz tan presente en ellos. Se las deben a ellos mismos, las llevan dentro de sí mismos. Nunca me había conocido a gente tan real y cálida; su sonrisa como un rayo de sol, su sed de intercambiar, la curiosidad que los habita. Había perdido la confianza en los seres humanos, lograron convencerme sin saberlo, aún existe gente buena y sencilla.

Pude conversar extensamente con un miembro del equipo de uno de los hoteles donde me alojé. Estaba a cargo del huerto que generaba todas las frutas y verduras para la cocina. Era su orgullo, y estaba encantado de mostrarlo. ¿Hay algo más fresco y justo que papayas y zanahorias recién recolectadas para preparar la cena? Intercambiamos palabras en francés, él quería aprender, yo era su maestra según él. Le escribí algunas palabras en francés en un papelito, que él siempre llevaba consigo.

Lo más divertido (lástima que no tengo foto) fue el guía del Museo de Historia Natural de Colombo, con quien tuve casi un tour privado. De hecho, había terminado ignorando a las otras 3 personas de mi grupo, notando que no estaban interesadas en su conocimiento. Yo fui la única que escuchó con atención, fue bastante divertido. Creo que tenía más de 50 años y terminó contándome todo sobre sus 5 hijos, al mismo tiempo que me explicaba la geología y los animales a lo largo de los siglos en Sri Lanka. En poco tiempo, aprendí más sobre su vida de lo que sé sobre algunas de las personas que conozco.

Sus habitantes tienen pudor para ciertas cosas, como esconder las piernas en cuanto a ropa, que sean hombres o mujeres sin distinción, y al mismo tiempo muy abiertos y curiosos para conocer a los demás, sus costumbres y culturas, las respetan sin quererlas cambiar en la mayoría de los casos. Este hermoso país está lleno de contradicciones ! En los templos budistas, con la profusión de ofrendas: billetes, frutas y flores en abundancia; y cómo los discípulos se apresuran a ofrecerlos a Buda. Frente a ellos, los monjes, que han renunciado a todo, incluido a su cabello, saben que también puede haber algunas mujeres monjes. Viven únicamente de la caridad y la comida de los creyentes y, a veces, rompen el silencio para cantar mantras embriagadores.

Aún me queda mucho por descubrir de este país, siempre me sorprende ver a niñas y jóvenes venir y decirme "hola" y tocarme como si fuera una famosa. Y cuando trato de hablar con ellos en cingalés (unas pocas palabras por supuesto), sonríen de asombro y se escapan sin contestarme, que graciosas. Me gustaría poder intercambiar más con ellos, sus historias, sus costumbres, sus sueños ... La espiritualidad que emana de esta tierra, esa naturaleza y sus habitantes me regresó a mi "yo". Deseo que algún día encuentres tu país de corazón para vivir como yo este renacimiento, para encontrar tus valores, los verdaderos no contaminados por nuestras creencias, vestigios de malas experiencias pasadas ...

Hablo mucho de mis habitantes de Sri Lanka, pero no me olvido de mis amigos cercanos, y sobre todo de la que me hizo descubrir este país. Puede que no lo sepa, pero a menudo también me ha reconciliado con la naturaleza humana, a través de su optimismo y su fe en los demás, a pesar de las muchas batallas que la vida le ha hecho pelear. Ella siente a las personas, comprende su comportamiento y si se puede confiar en ellas. Seguí sus consejos una y otra vez, cuando perdí la fe en mí mismo y en lo que sentía. Nos conocimos en otra vida, o de qué otra manera su risa podría hacerme tanto bien. Si llora, mis ojos también se mojan. Tiene grandes cosas que cumplir, lo sé porque ayuda a mucha gente, aunque subestima el impacto beneficioso que tiene en ellos.

Cuando encuentras a un país como este y gente como mi amiga, y te nacen o regresan estos sentimientos, estas sensaciones, estás en el camino correcto, él que te lleva ... a ti mismo.